lunes, 6 de mayo de 2013

A 24 años...


Hoy el PRD cumple 24 años de errores, de aciertos, de aprendizajes y grandes retos.  La opinión que manifiesto es en mi carácter de militante, convencida que la izquierda, y en particular el PRD es la vía para la transformación social y política en nuestro país.
En los últimos meses he leído y escuchado algunos planteamientos que señalan al PRD como un partido “vendido”, a modo”, “traicionero”;  “un PRD convertido en promotor de Peña Nieto”, en palabras de Denise Dresser, un PRD “sin esencia”  según John M. Ackerman o  un PRD “en su peor momento” como lo expresa Alejandro Encinas. Y muchos pensarán que lo que reflejan estas críticas es resultado de la reciente firma del Pacto por México, en la cual el PRD es partícipe. Nada más errado y falso.
El PRD enfrenta desde hace años una situación compleja. La propia creación de nuestro partido y las condiciones en las que se conforma  así lo hacen. No coincido con Alejandro Encinas en que el PRD esté en su peor momento, mucho menos con el planteamiento de Denise Dresser.  Creo que la crisis -un término de moda para expresar la condición de la  izquierda mexicana.- es resultado de diversos elementos que no son aislados entre sí. A saber:
Falta de responsabilidad y compromiso de los militantes: Se ha hecho común criticar continuamente a la clase dirigente del PRD, lo cual, unto es justo, sano y válido pero cuando esas críticas pasan sin un proceso de reflexión personal sobre lo que cada uno de nosotros, como militantes,  aportamos a nuestra institución, tales críticas son insostenibles.
Profundo vacío ideológico.- En el tiempo que tengo como militante es notorio el vacío ideológico que existe en la institución. Se refleja en los congresos y consejos nacionales, los consejos estatales, en la designación de candidaturas, en las discusiones internas en el partido. Me atrevo a decir, y es un punto replicable, que en el PRD no hay debate, no hay una discusión seria y argumentada. Pareciera ser que las críticas son resultado de mitos, del “alguien dijo que”. Son pocos aquellos dirigentes y militantes que se han dado a la tarea de nutrir la acción política con el planteamiento ideológico y teórico.
Falta de institucionalidad. Un punto grave es la falta de institucionalidad. Los militantes y acepto mi responsabilidad, hacemos nuestra la frase “acuerdo mata estatuto”. Y estoy convencida que los acuerdos políticos son sanos, ayudan a la construcción pero deben estar planteados al margen de nuestros documentos básicos. Andrés Manuel pasó por lo menos 2 años haciendo campaña para otros partidos políticos y no se hizo absolutamente nada.
 Esa misma falta de institucionalidad nos ha hecho permitir y ser laxos en situaciones que considero críticas como que Amalia García, ex gobernadora de Zacatecas, con claros indicios de corrupción y  con una fuerte derrota en la entidad sea ahora Diputada Federal, vía plurinominal, o bien, que no se hayan hecho señalamientos, incluso de los propios perredistas, hacia la manera en cómo gobernó Juan Sabines el estado de Chiapas a quien se le acusa de malversación de recursos por la compra de reactivos para la detección del VIH.
Subestimamos a la sociedad.- Creo que un grave error en el que hemos caído es subestimar a quienes nos podrían dar el voto. Decimos que la gente “no sabe votar” que “venden su futuro”, hay quienes llegan al extremo y acusan a la gente de ignorantes por votar por otro partido. Estoy convencida que esas manifestaciones reflejan una total ausencia de responsabilidad  y conocimiento. No se trata de criticar a los mexicanos que votaron por el PRI, se trata de reflexionar: ¿Por qué no votaron por el PRD?. Dejo la respuesta a ustedes.
Modus berrinche.- Algo recurrente en el partido, es actuar con una actitud “berrinchuda”, carente de compromiso, de responsabilidad, de credibilidad. Hay quienes actúan con el si no me dan me voy. Y el ejemplo más claro y reciente es el del Diputado Hugo Jarquín, quien renunció al PRD porque no fue designado candidato a la Presidencia Municipal de Oaxaca. Y desgraciadamente, así han actuado muchos, demostrando que no hay un compromiso institucional y muchos menos la intención de formar parte y construir  un proyecto  político nacional.
Gobernar y hacer campaña no es lo mismo.- Gobernar no es una tarea fácil. Es un error pensar que quienes hacen campaña también pueden gobernar. En nuestro partido pasa continuamente eso.  Se trata de una actividad que exige conocimiento y método. Retomo el planteamiento de Carlos Matus sobre la debilidad de las democracias latinoamericanas al señalar que hay una mediocridad de un estilo político que carece de teoría y método de gobierno. El mismo autor señala en Adiós señor Presidente ­- refiriéndose a Salvador Allende- lo siguiente:
“Usted supo que gobernar era una tarea dura, mucho más compleja y de naturaleza distinta a la de ganar elecciones. Usted constató que estábamos impreparados para gobernar. Usted vivió la incomprensión entre técnicos y políticos. Usted fue víctima del ideologismo extremo que dividió a sus partidarios y los incapacitó para adoptar una estrategia y una línea táctica que encauzara coherentemente el gobierno. Usted no pudo ver como se derrumbó el mundo que sirvió de guía a un tercio de sus adherentes” (Matus, 1994: 2).
Con todo esto, a lo que quiero llegar es que la situación actual no es responsabilidad del Presidente Nacional o de una sola corriente como frecuentemente se manifiesta. Afirmar esto es no conocer cómo se vive el partido, cuáles son sus debilidades y por ende, sus retos. Es no saber que el partido se construye, como dicen en mi pueblo, a ras de suelo y  tocando puertas.
Por ello creo que ahora el PRD se encuentra en un punto que permitirá establecer qué tipo de izquierda queremos conformar. La existencia de las corrientes no es algo nuevo, todos los partidos tienen grupos y opiniones distintas. Lo que debemos aprender y tener en cuenta es que existe un planteamiento único en el cual convergen todas y cada una de las corrientes.
No creo que el PRD esté en su peor momento. Considero que lo que está haciendo Jesús Zambrano con la firma del Pacto por México no es ponerse de modo al PRI, es dar a conocer una faceta distinta de la izquierda. Es cierto que se corren riesgos, pero esto no lo puede resolver sólo la Presidencia nacional. Se necesita el apoyo de los legisladores, tanto de Diputados como de Senadores. Defender o criticar las iniciativas pero insisto, con argumentos válidos no con meras corazonadas como se ha vuelto costumbre.   
No creo en la izquierda reaccionaria. Creo en la izquierda que puede llegar a acuerdos en pro del interés nacional pero siendo determinante. El Pacto por México ofrece una infinidad de opciones para la izquierda, para decir sí a la reforma educativa pero sin concebir a la evaluación como el fin último y la política a seguir; es nuestro deber entrar a una discusión más interesante sobre nuevas formas de energía más allá del discurso ya conocido de la no privatización. Decir No al IVA en medicinas y alimentos pero al mismo tiempo con una propuesta para una reforma fiscal justa que apoye a los 54 millones de pobres que hay en el país pero también a los pequeños y medianos empresarios.
Eso lo puede ofrecer el Pacto por México. No es un proceso acabado. Es responsabilidad de la clase dirigente hacerlo, pero también de los legisladores que se asumen como perredistas y de nosotros como militantes. El PRD debe aspirar hacia la construcción de una izquierda más responsable, más determinante, más cercana a la reflexión y al debate constructivo y propositivo.

Quiero señalar que lo aquí expresado no es en sí una defensa del Pacto. Se trata de contemplar las oportunidades del PRD pues nuestras virtudes y deficiencias son más que una sola firma. 
Son muchos los obstáculos a superar y para comenzar a hacerlo es preciso comenzar reconociendo nuestros errores, lo que estamos haciendo mal como partido e invito a hacer una reflexión personal sobre lo que cada uno de los que nos autonombramos perredistas estamos aportando a nuestra institución para que sea mejor y se convierta en una izquierda a la que los ciudadanos mexicanos den el voto porque la consideran una opción de gobierno y de transformación.
Los puntos que aquí manifiesto, repito, son una apreciación del partido en los años que llevo como militante. Están sujetos a réplica y no tiene ningún tinte personal.    

Para la realización de esta pequeña reflexión me apoyé en las siguientes fuentes de información:
La planificación como herramienta política. Análisis del Dr. Luis Porter. Profesor de la Maestría en Desarrollo y Planeación de la Educación .

1 comentario:

  1. Habrá que darle continuidad al análisis, debido a que es únicamente una parte de lo que pasa internamente en el partido.

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